Transmisión de Influencia: La Estrategia de China para las Ondas Africanas
El lanzamiento de la Exposición Audiovisual China-África en Abuja no fue un mero intercambio cultural; fue el plan desvelado de una jugada geopolítica meticulosamente orquestada. Mientras el Embajador chino Yu Dunhai hablaba de 'profundizar el entendimiento mutuo', las corrientes subyacentes de una campaña estratégica para moldear narrativas y cimentar la influencia en la nación más poblada de África se hicieron imposibles de ignorar.
Esto no se trata solo de poder blando; se trata de infraestructura dura y del control estratégico de las vías de información. El anuncio de FOCAC 2024 del Presidente Xi Jinping, que bautizó la 'Iniciativa China-África sobre Radio, Televisión y Audiovisual', sentó las bases. El objetivo declarado: el contenido audiovisual como un 'puente' crítico para el 'intercambio entre pueblos'. Sin embargo, una inspección más cercana revela que este puente podría estar diseñado para un tráfico que fluye predominantemente en una dirección, o al menos bajo una guía específica.
Ya, más de 20 programas chinos – 'Welcome to Milele', 'The Ideal City', 'Better Life' – han llegado a la Nigeria Television Authority (NTA) y otros canales nacionales. Mientras el Embajador Dunhai 'da una calurosa bienvenida a más productos audiovisuales nigerianos destacados en el mercado chino', el impacto inmediato y tangible es la fácil penetración del contenido chino en los hogares nigerianos. La 'imagen verdadera y dimensional de China' que desean proyectar se convierte en una realidad curada para millones de espectadores africanos.
La conversación rápidamente se desvió del mero contenido a los sinews tecnológicos de esta nueva ruta de la seda digital. Shi Zhiyan, Director General de NRTA China, destacó los 100 millones de usuarios de internet de Nigeria, un mercado 'grande y prometedor'. Habló de fortalecer conceptos de política, profundizar el diálogo y expandir la cooperación en 'inteligencia artificial de super alta definición' e 'integración mediática'. Esto no se trata solo de compartir películas; se trata de compartir las herramientas y la arquitectura misma de la radiodifusión en el siglo XXI.
Crucialmente, las declaraciones de Zhiyan incluyeron un detalle discreto pero significativo: 'En el marco del plan, nos centraremos en contrarrestar la información falsa, organizaremos investigaciones a corto plazo para los países africanos y daremos la bienvenida a la parte nigeriana para que participe activamente'. En una era plagada de desinformación, la oportunidad de influir en la definición y supresión misma de la 'información falsa' dentro del ecosistema mediático de otra nación es una potente palanca estratégica, a menudo disfrazada de mejores prácticas compartidas.
El Ministro de Información de Nigeria, Mohammed Idris, a través del Director General de NTA, Salihu Dembos, prometió compromiso, citando una mayor capacidad de radiodifusión y competencia tecnológica, con el objetivo de que la 'diplomacia cultural' impulse la 'unidad nacional, el crecimiento y la influencia global'. Los beneficios percibidos para Nigeria —desarrollo de capacidades, acceso a tecnología avanzada— son claros. Pero ¿a qué costo viene una colaboración mediática tan profunda, particularmente cuando un socio poderoso también está interesado en moldear percepciones y contrarrestar narrativas?
Como Charles Ebuebu, de la Comisión Nacional de Radiodifusión, resumió acertadamente, esta exposición representa un 'marco robusto para un futuro basado en la colaboración de contenido, plataformas de radiodifusión compartidas, redes de transmisión avanzadas e intercambio crítico de personal'. De hecho, estos son los 'pilares esenciales' no solo para un ecosistema mediático, sino para un ecosistema donde la influencia fluye, sutil pero persistentemente, a lo largo de las corrientes digitales orquestadas por Beijing. El año 2026, que marca el 'Año China-África de Intercambios Culturales y entre Pueblos' y el 55º aniversario de los lazos diplomáticos entre China y Nigeria, será un momento crucial para evaluar qué historias se cuentan realmente y quién finalmente sostiene el micrófono en esta transmisión estratégica en evolución.